Los plátanos son frutas dulces y nutritivas. A mucha gente les encantan y los incluyen en su menú diario. Las cáscaras de plátano terminan en la basura, a pesar de que son un excelente fertilizante para las plantas: gratuito y natural, rico en potasio, magnesio, fósforo, calcio y otros minerales útiles.
Así como los humanos aprovechan la pulpa de los plátanos, las plantas también pueden aprovechar su piel.
Hay varias formas de utilizar las cáscaras de plátano como fertilizante. Con ellos puedes fertilizar tanto plantas de interior como de jardín, en cualquier época del año.
El primer método consiste en triturar las cáscaras de plátano, utilizando un cuchillo o unas tijeras (de esta manera se descomponen más rápido, liberando nutrientes, vitaminas y minerales al suelo). Agréguelos al suelo a una profundidad de 5 a 10 cm. Si quieres enriquecer el suelo de tu huerto con la ayuda de cáscaras de plátano, lo mejor será enterrarlas un tiempo antes de plantar las hortalizas.
El segundo método. Por supuesto, puedes utilizar cáscaras de plátano enteras. Entiérralos en la tierra del jardín. En este caso, su proceso de descomposición será más largo. Puedes utilizar este método de fertilización cuando el jardín esté vacío para prepararlo para la próxima temporada, o añadiendo cáscaras de plátano alrededor de las plantas, lejos de sus raíces: por ejemplo, alrededor de árboles frutales y arbustos.
El tercer método es el compostaje. Si estás haciendo tu propio abono, siempre puedes añadirle cáscaras de plátano para mejorar su composición.
El cuarto método es el “té de plátano”. Corta la cáscara de plátano, colócala en un recipiente hondo y cúbrela con agua fría. Cubra el recipiente con una tapa y déjelo reposar durante unos días. Deja que la cáscara del plátano macere y fermente. Una vez finalizado el proceso de fermentación, cuele el “té” resultante y riegue las plantas con él, vertiéndolo sobre la tierra húmeda. Este método es perfecto para fertilizar plantas en macetas.