La menta es una hierba aromática muy valorada, apreciada por sus versátiles aplicaciones en la cocina y la preparación de bebidas. Por eso mucha gente opta por cultivar menta en casa. Además, su fragancia distintiva puede contribuir a perfumar su espacio vital. Es más, los numerosos beneficios para la salud de esta hierba nos han llevado a brindar orientación sobre el cuidado de una planta de menta.
¡Mantén tu menta exuberante y vibrante con este truco de jardinería!
Al cultivar menta, es fundamental tener en cuenta que prospera en temperaturas entre 13 y 15 °C por la noche y entre 18 y 21 °C durante el día. Además, la estación del año es importante para la siembra: en primavera y verano, colóquela hacia el este; en otoño e invierno oriéntelo hacia el sur o el oeste. Lo ideal es plantar menta en primavera u otoño, asegurándose de que reciba sol por la mañana y sombra por la tarde. Alternativamente, puedes comenzar con una plántula pequeña ya establecida.
Requisitos del suelo de menta
Si tiene la intención de sembrar menta directamente en el suelo, elija un área húmeda de su jardín con un pH entre 6,0 y 7,0. Antes de plantar, elimine las malas hierbas para asegurarse de que la menta reciba los nutrientes esenciales y prevenga el desarrollo de enfermedades.
Cultivo de menta en macetas
El cultivo de menta requiere un amplio espacio para un crecimiento saludable. Por lo tanto, proporcione espacio adecuado para su planta inicial, ya que producirá esquejes y/o semillas. Utilice una maceta grande con orificios de drenaje y coloque un platillo debajo para facilitar la absorción del exceso de agua.
Plantar menta en el jardín
Uno de los desafíos al cuidar las plantas de menta en un jardín es su tendencia a crecer demasiado. Para controlarlo, entierra un recipiente en la zona de plantación, que contendrá su crecimiento. Revise periódicamente el recipiente para evitar una expansión incontrolada.
Antes de sembrar semillas o esquejes, humedezca la tierra para favorecer el crecimiento. Aplicar una fina capa de humus y espaciar cada esqueje o semilla a una distancia de 15-30 cm. Cuando utilice semillas, plántelas a no más de 3 cm de profundidad, mientras que los esquejes deben tener unos 5 cm de profundidad.
Propagar menta con esquejes o semillas
La menta se puede propagar mediante esquejes o semillas. Para obtener esquejes, recorte entre 12 y 15 cm de una planta sana, retire las hojas inferiores y coloque el tallo en un vaso. Colóquelo junto a una ventana que reciba de 4 a 6 horas de luz solar al día. Una vez que las raíces hayan crecido lo suficiente, trasplántalas al suelo. Mantenga un riego adecuado durante este período. En macetas, utilice una rama por maceta, o más si la maceta es grande, manteniendo el espaciamiento recomendado.
Cuidado de las plantas de menta
Cuidar una planta de menta es sencillo pero requiere una fertilización ocasional. Mantenga la tierra húmeda con mantillo para evitar una propagación excesiva. Si su menta está en una maceta, gírela cada pocos días para asegurar un crecimiento uniforme, ya que tiende a inclinarse hacia el sol. Es beneficioso agregar abono y mantillo durante los meses más fríos.
Regar Menta
Es necesario un riego continuo para cuidar su planta de menta. Sin embargo, no es imprescindible regarla a diario; en su lugar, asegúrese de que la tierra permanezca constantemente húmeda pero no encharcada. Si su planta se marchita, puede deberse a factores como luz solar insuficiente o riego excesivo o insuficiente.
Cosecha de menta
El cuidado de una planta de menta en casa incluye la cosecha, idealmente justo antes de que florezca para maximizar el sabor y el aroma. Coseche cortando por encima del primer o segundo conjunto de hojas. Durante la cosecha, elimine las hojas amarillentas para fomentar un crecimiento óptimo y más espeso. Puedes cosechar hasta tres veces por temporada.
Como nota al margen, si planeas cultivar menta en tu jardín, combina bien con la coliflor y el brócoli, pero debes mantenerla separada del perejil.