Existen bastantes fertilizantes naturales para orquídeas, que estimulan su crecimiento, desarrollo y, como resultado, una floración abundante. Uno de estos fertilizantes eficaces es el agua de jengibre. ¡A las orquídeas les encanta “ducharse” con esta agua!
Preparar agua de jengibre para orquídeas es muy sencillo. Tome un trozo de raíz de jengibre (unos 50-70 g). Córtelo en trozos y macháquelo en un mortero para que suelte su jugo.
Transfiera la composición resultante a un trozo de estopilla y exprima muy bien el jugo de jengibre. Obtendrás aproximadamente una cucharada de jugo. Esta cantidad es suficiente.
Vierte el jugo de jengibre natural que has obtenido en un litro de agua limpia y sedimentada (a temperatura ambiente). Remover.
Rocíe las raíces y hojas de la orquídea con agua de jengibre. Pero no permita que la humedad penetre al nivel de los cogollos (en las depresiones formadas en la base de las hojas). Retira el agua que llega hasta allí con ayuda de algodones.
El jengibre es un remedio natural con propiedades nutritivas y antisépticas, apto tanto para humanos como para plantas. Es muy rico en vitaminas y microelementos, que estimulan el desarrollo de las raíces y el crecimiento de la masa vegetativa. La fertilización con agua de jengibre se puede realizar una vez a la semana (para estimular el crecimiento activo de las raíces) o una vez al mes (para apoyar la salud de las plantas). Además de estimular el desarrollo de las raíces, el jengibre previene enfermedades fúngicas, moho y podredumbre. Además, el agua de jengibre ayuda a las orquídeas a asimilar mejor los nutrientes del aire, a crecer más fuertes y saludables.
¡Bueno en jardinería!