El ajo, una planta maravillosamente fácil de cultivar, puede prosperar incluso en ausencia de tierra. Posee una capacidad casi mística para regenerarse, una cualidad que la hace perfecta para el cultivo en agua. Hoy, profundicemos en el proceso de cultivo de ajo en agua.

¿Alguna vez has notado cómo del ajo, cuando se deja un rato, brotan nuevos brotes? Para aprovechar esta propensión natural al crecimiento, aquí tienes una guía sencilla para cultivar ajo en agua.

En primer lugar, recoge los dientes de ajo que hayan empezado a brotar. Opta por los más sanos, asegurándote de que no tengan podredumbre ni imperfecciones.

A continuación, coloca estos dientes en un vaso o frasco transparente. Oriéntalos de modo que el extremo germinado mire hacia arriba.

Vierte agua tibia en el recipiente, asegurándote de que llegue hasta la mitad de los dientes de ajo. Es fundamental no sumergirlos por completo para evitar que se pudran.

Coloque el vaso o frasco en el alféizar de una ventana dentro de su casa, donde pueda tomar el sol, durante aproximadamente 4 a 7 días.

Controle la claridad del agua. Si se pone turbio, retira con cuidado los dientes de ajo, vacía el vaso, luego vuelve a llenarlo con agua fresca y reemplaza los dientes.

Deje que los brotes de ajo crezcan hasta que midan al menos 7 cm de altura. Estos brotes se pueden utilizar para cocinar o como complemento sabroso para varios platos.