Las mandarinas, una variedad de fruta cítrica, son apreciadas por su fragante aroma y una deliciosa mezcla de sabores dulces y ácidos. Estas frutas no sólo son sabrosas sino que también ofrecen beneficios para la salud, especialmente por su alto contenido en antioxidantes y vitamina C. Para aquellos interesados ​​en saborear mandarinas orgánicas, cultivar un árbol de mandarino en casa es una opción factible y sencilla, incluso para aquellos sin mucha experiencia en jardinería. Esta guía lo guiará a través del proceso de cultivo de mandarinas en casa, asegurando un suministro de fruta fresca y libre de pesticidas.

Es importante distinguir entre mandarinas y clementinas. Las clementinas son un híbrido derivado del cruce de una mandarina con una naranja dulce. Las mandarinas son notablemente más dulces y con más semillas que las clementinas y son las menos ácidas de la familia de los cítricos.

Plantar mandarinas en macetas: una guía sencilla

Germinar semillas de mandarina
Selecciona semillas de una mandarina orgánica y lávalas bien.
Coloque las semillas en un algodón húmedo para que germinen y guárdelo en un vaso.
Preparando la olla
Elige una maceta con agujeros de drenaje y llena el fondo con piedras.
Agregue una capa de arena para mejorar la circulación del aire.
Mezcle turba, perlita y fertilizante para la tierra para macetas, realzándolo con humus si lo desea.
Humedece la tierra sin empaparla.
Plantar las semillas
Una vez que las semillas broten, plántalas suavemente en la tierra preparada, cubriéndolas ligeramente.
Cubra la maceta con una película plástica transparente para mantener el calor y la humedad, ayudando a la germinación.
Mantenga la maceta en un lugar cálido y bien iluminado, pero alejado de la luz solar directa.
Regar cuando la tierra comience a secarse, evitando regar en exceso.
Una vez que aparezcan los brotes, retirar el film y mantener la maceta a unos 20°C en sombra parcial.
Mantenimiento de su árbol de mandarina para obtener frutas de calidad

Riega el árbol con regularidad, manteniendo el suelo húmedo.
Fertilice de marzo a septiembre con un fertilizante de liberación lenta aplicado al suelo húmedo.
Si las hojas caen, indica que se necesita más agua.
Trasplante las plantas jóvenes cuando alcancen entre 10 y 15 cm, utilizando una maceta más grande con bolas de arcilla para el drenaje y una mezcla de arena, abono y tierra de jardín.
Pode el árbol en floración para permitir que llegue más luz a los frutos.
Protege contra plagas como cochinillas, pulgones y moscas blancas.
Considere trasplantar al suelo cuando el árbol tenga al menos 30 cm de altura, pero protéjalo del frío, especialmente en invierno.
Si sigue estos pasos, podrá cultivar mandarinas en casa con éxito, llenando su espacio con su encantadora fragancia y disfrutando de un suministro ilimitado de fruta orgánica.