Limpiar los azulejos rara vez es sencillo. Y esto es especialmente cierto si las articulaciones tuvieron tiempo de acumular impurezas. Y como no siempre tenemos tiempo para limpiarlos, te ofrecemos algunos eficaces consejos de la abuela para que tus azulejos brillen sin esfuerzo.
¿Cómo se limpian las juntas de los azulejos?
Las baldosas están constantemente expuestas a la suciedad, la grasa, el polvo y la humedad. Esto es especialmente cierto en nuestros baños y cocinas, mientras que las juntas sucias empeoran aún más la situación. ¿Crees que limpiarlos es una carrera de obstáculos? Piensa otra vez. Puedes solucionar el problema rápidamente con los gestos adecuados y hacer que los azulejos brillen sin tener que fregar.

  1. Líquido para lavar platos o jabón de Marsella
    A menudo, ser metódico es todo lo que se necesita para facilitar la limpieza de las superficies de su hogar. Y tus mosaicos no son una excepción. Para limpiarlos de forma eficaz y sin esfuerzo, simplemente te recomendamos utilizar un desengrasante de tu elección y usarlo con prudencia. Aquí puedes utilizar jabón para platos o jabón líquido de Marsella.

¿Cómo hacer?

Haz una mezcla de una cucharadita de jabón para platos o jabón de Marsella y un vaso de agua tibia.
Empapa un paño suave o una esponja con la solución.
Limpiar los azulejos y la lechada con una esponja suave y firmemente.
Utilice un paño limpio para limpiar y ¡listo!

  1. Vinagre blanco
    Otra solución que no requiere que frotes los azulejos para que brillen es mezclar vinagre blanco con agua para eliminar las impurezas. Debes tener en cuenta que al moho le resultará difícil resistirse a esta sencilla fórmula. Aunque el vinagre blanco puede devolver el brillo a los azulejos y evitar que la cal y el moho se depositen en ellos, conviene evitarlo. Podría empañar tus azulejos.

Si crees necesario frotarte las articulaciones, ni siquiera tienes que quemarte. Simplemente use un cepillo de dientes usado y normal para que el vinagre blanco penetre mejor. Descubrirá que estos sencillos trucos de limpieza de azulejos requieren, como máximo, un fregado firme y no demasiado vigoroso.

  1. Bicarbonato de sodio
    Si tienes bicarbonato de sodio en la despensa de tu cocina, aprovéchalo.

¿Cómo hacer?

Puedes mezclar este producto multiusos con agua tibia y limpiar tus azulejos y lechadas con la pasta resultante.
No dude en utilizar un cepillo de dientes usado para eliminar las impurezas rebeldes.
Dejar actuar unos minutos y luego enjuagar con agua.
Por supuesto, puedes aumentar la dosis de estos consejos si quieres limpiar todos los azulejos con la fregona.

  1. Ácido cítrico
    Con el tiempo y la falta de limpieza periódica, es bastante normal que la lechada de azulejos se obstruya y sea más difícil de tratar. Afortunadamente, algunos ingredientes como el ácido cítrico son invaluables.

¿Cómo hacer?

Toma un poco de ácido cítrico o haz un poco de jugo de limón.
Mezcla 2 cucharadas de ácido cítrico con 2 vasos de agua tibia.
Aplicar la mezcla en las juntas con una brocha.
Dejar reposar 10 minutos
Enjuague con agua tibia.

  1. Detergente para platos y sal
    Para tratar las baldosas y sus juntas, puedes confiar en una mezcla de sal gruesa y líquido lavavajillas. Y si te preguntas por qué la sal, es porque este condimento ha demostrado muchas veces su capacidad en las tareas del hogar gracias a su acción limpiadora. Para limpiar juntas sucias, sucias y sucias, esto es lo que debe hacer.

¿Cómo hacer?

Prepara una mezcla de 2 cucharadas de detergente lavavajillas y otras 2 cucharadas de sal.
Remojar una esponja húmeda con la mezcla.
Friegue los azulejos y la lechada
Enjuague con agua limpia.
Limpiar con un paño húmedo

  1. Bicarbonato de sodio y jabón negro
    Además de ser excelentes productos de limpieza para el hogar, el jabón negro y el bicarbonato de sodio son un dúo suave que no deja residuos. Para utilizarlo en azulejos y lechadas del baño, el funcionamiento es sencillo.

¿Cómo hacer?

Rallar el jabón negro
Llevar el agua a ebullición y disolver en ella el jabón negro rallado.
Añade 100 g de bicarbonato de sodio a agua tibia y jabón.
Si lo deseas, añade gotas de tu aceite esencial favorito.